Hace unos días escuché esta llamada telefónica de un oyente de las Palmas de Gran Canarias al programa de Luis del Olmo en Punto Radio. Una reacción a la supresión de la ayuda de 426 € que daba el gobierno a los desempleados. Me encogió el corazón.
Casi todos en España tenemos ya un familiar, un amigo, un conocido que sufre una situación similar. Llega la Navidad y no hay mejor forma de felicitarla que solidarizándonos con quienes están pasándolo peor. Ojalá que a nuestras mesas de fiesta convoquemos a quienes están solos, sin recursos, y sin esperanza. Con ellos cerca nos será más fácil comprender porque Dios nace en Belén y no en un palacio de Roma.