Discernimiento Ignaciano 2. Consolación y desolación


3ª regla: aumentar imagen

Llamo consolación quando en el ánima se causa alguna moción interior, con la qual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Señor, y consequenter quando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas. Assimismo quando lanza lágrimas motivas a amor de su Señor, agora sea por el dolor de sus pecados, o de la passión de Chirsto nuestro Señor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza; finalmente, llamo consolación a todo aumento de esperanza, fee y caridad y toda leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su ánima, queriéndola y pacificándola en su Criador y Señor.

Puedes consultar estos otros artículos que: o bien pueden suscitar cierto estado de consolación, o bien hablan de ella de alguna forma:
Nuestro Dios :: rap cristiano
Un baile con Dios
Carta a China- Taizé

Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
(Mc 4, 35-41)



4ª regla: aumentar imagen

Llamo desolación todo el contrario de la tercera regla; así como escuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas baxas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor. Porque así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación

Aunque no es fácil encontrar artículos en Nova Bella que hablen de desolación, puesto que se tratan de formular todos los temas en positivo, para profundizar en el tema, podemos relacionar este estado de alguna forma con los temas siguientes:
Aniversario de la muerte del Hermano Roger de Taizé
Michel Quiroga, joven marianista asesinado en Chocó
La verguenza de Valencia
Fundamentalismo bíblico

Viéndola llorar Jesús y observando que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó.
(Jn 11, 1-43)


¿Reucuerdas alguna experiencia de consolación o desolación que quieras compartir?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola