La persona humana podría compararse a una ciudadela protegida por murallas, en cuyo centro se encuentra un castillo que representa lo más interior y esencial del ser, rodeando al castillo se encuentra la plaza del mercado, lugar de interacción con el exterior, y tras las murallas lo enemigos que lanzas sus flechas hacia la zona interior.
Esas flechas son las sugestiones al mal, las tentaciones. El pensamiento de hacer el mal es ajeno a la persona humana, pero si esta lo acoge como suyo desde el consentimiento libre entonces se engendra el mal, o pecado en la tradición cristiana. Para combatirlo debemos analizar y conocer las fases de este proceso:
1. Sugestión
2. Coloquio
3. Combate
4. Consentimiento
5. Pasión
En este vídeo os explico cada una de estas fases y podremos desarrollar así una mayor finura espiritual para rechazar estas sugestiones al mal.
‘Chicken or the Egg’ creado por Kim and Wu (KIMWU)
Amar es elegir, decir que no a algo bueno que deseas por algo mejor que prefieres. La fidelidad es tener claras tus preferencias rechazando cada día aquello que te aleja de ellas, recordando por qué lo prefieres.
Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.
Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.
Uno de los padres dijo: “Si el árbol no es sacudido por el viento, no crece, ni hunde sus raíces. Así también el monje: si no es tentado y no soporta la tentación, no se hace valeroso.”
N 396
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün
Los evangelios coinciden en narrar que Jesús, después de ser bautizado por Juan en el Jordán, fue empujado por el Espíritu al desierto para ser tentado. De allí salió robustecido pues fue capaz de decir sí a Dios en la prueba del día a día, y no solo en la confesión verbal de una fe heredada o en el cumplimiento de unos preceptos. Sin duda, con semejante fe que no vacila ante la tentación, la justificación es directa y ya no necesita de las obras de la ley (Rm 3, 28)
A raíz de este post de Nova Bella, una de las lectoras del blog Lisset Vera se puso en contacto conmigo el 6 de agosto de 2010, para recomendarme un texto de C. S. Lewis y ver si lo podría sintetizar en unas viñetas como el de las semillas.
La idea me gustó, me leí el libro “El gran divorcio (un sueño)” al que pertenece el fragmento (páginas 75 a 79) y me puse manos a la obra. Sin embargo el proyecto se fue dilatando por falta de tiempo. Aun así, la historia y los bocetos me fueron acompañando en mi propia vida y me sentí muy identificado con este cuento en el que queda reflejado lo difícil que es librarse de las tentaciones. Aunque uno se da cuenta de qué es lo que no quiere, muchas veces se resiste a eliminarlo de su vida porque se sigue sintiendo inclinado a ello. Finalmente refleja la experiencia de conversión al dejarse en manos de Dios.
Por fin, después de retomarlo y dejarlo varias veces, y gracias a la insistencia periódica de Lisset durante estos 2 años que de vez en cuando me lo recordaba, hace unos días, decidí encontrar tiempo y terminarlo.
“Este es el trato. Aquí tienes esta chuche para ti, te daré otra si esperas o te la puedes comer ya. Cuando vuelva te daré otra, así tendrás dos. Quédate aquí hasta que vuelva.”
El que está en desolación, considere cómo el Señor le ha dexado en prueba en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta; porque el Señor le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole tamen gracia sufficiente para la salud eterna.
“¡Ven!”, le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, en dirección a Jesús. Pero al sentir la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: ¡Señor sálvame!
(Mt 14, 22-33)
El que está en desolación, trabaxe de estar en paciencia, que es contraria a las vexaciones que le vienen, y piense que será presto consolado, poniendo las diligencias contra la tal desolación, como está dicho en la sexta regla.
En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal, acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, haciendo imaginar delectaciones y placeres sensuales, por más los conservar y aumentar en sus vicios y pecados; en las cuales personas el buen spíritu usa contrario modo, punzándoles y remordiéndoles las consciencias por el sindérese de la razón.
En las personas que van intensamente purgando sus pecados, y en el servicio de Dios nuestro Señor de bien en mejor subiendo, es el contrario modo que en la primera regla; porque entonces propio es del mal espíritu morder, tristar y poner impedimentos inquietando con falsas razones, para que no pase adelante; y propio del bueno dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos impedimentos, para que el bien obrar proceda adelante.
Buscamos día a día hacer la voluntad de Dios y crecemos compartiendo con sencillez nuestros dones, inquietudes y esperanzas. Nova Bella está tintada de los colores de nuestras vidas. Ojalá consigamos ser cauce que lleve hasta ti el Agua que calma la sed.
Enlázanos
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