Plena actualidad del Concilio Vaticano II

Hoy, 11 de octubre de 2012, la Iglesia celebra el 50 aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II.
No cabe duda de que a partir de éste, la Iglesia no volvió a ser la misma. El concilio supuso una renovación interior, un deseo de búsqueda de los «signos de los tiempos», un hacerse más presente en las realidades del mundo; la conciencia de una Iglesia formada por diferentes ministerios y carismas unidos todos en una misma comunión y misión; un compromiso con la realidad humana; una renovación litúrgica, etc.
Como muchos dicen, el CV II fue un nuevo «pentecostés» que trajo grandes ilusiones y esperanzas.
Aunque muchos pensarán que tras 50 años ya está anticuado, sin embargo, habría que leer muy bien los diferentes documentos del Concilio para darse cuenta de la plena actualidad que tienen en nuestra sociedad, y sólo ahora estamos «empezando a descubrir» el sentido de todos ellos.
Momento de alegría y acción de gracias en toda la Iglesia, porque además, con motivo de estos 50 años, comenzamos también el Año de la Fe.

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.

Gaudium et Spes 1