En 1979 yo tenía 2 años, y mi padre había comprado la primera videoconsola del mercado español, se conectaba a la antena del televisor, tenía dos mandos y permitía jugar a una versión clónica de PONG, el videojuego de Atari que más impactó en la sociedad americana por aquellos años. Recuerdo jugar a ella, en mi infancia, durante horas. La mecánica era muy sencilla…
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Artículo publicado en la revista de pastoral juvenil RPJ.