Tiempo de contemplación

Mirad las personas que corren afanosas por las calles….El hombre moderno, universal, es el hombre apurado, no tiene tiempo, es prisionero de la necesidad, no comprende que algo pueda no ser útil; no comprende tampoco que, en el fondo, lo útil puede ser un peso inútil, agobiante. Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Y un país en donde no se comprende el arte es un país de esclavos o de robots , un país de gente desdichada, de gente que no ríe ni sonríe, un país sin espíritu.

E. Ionesco

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