Todo fluye. Gratuidad. Saciaos de mis frutos

León-Hospital de Órbigo
18ª etapa

Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre.

Las normas del albergue de las carvajalas, en León, no dejan salir a los peregrinos hasta las seis de la mañana. A esa hora los hospitaleros abren la cal y el canto. Han preparado, para los que vamos a empezar a caminar, un desayuno de leche caliente, galletas, y una buena dosis de gratuidad.

Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

Hay que descubrir que la vida es un don o mejor dicho, una continuidad de dones, muchas veces inesperados, como este desayuno, el primero que nos ofrecen en el camino. La vida está llena de sorpresas, cosas inmerecidas, gratuitas, inesperadas… como este desayuno que, si bien nos ha retrasado el empezar la marcha, nos ha permitido gozar de la generosidad gratuita que al amanecer te ofrece leche caliente y en la canícula una sandía fresca.

Pensábamos llegar a Villandangos del Páramo, a 21 kilómetros de León. Hacer hoy una marcha corta, descansar, como ayer, en el ecuador de nuestro camino, tomar fuerzas para llegar a Santiago…Escribo esto, desecho, en el Puente y el Hospital de Órbigo. Han sido 34 kilómetros de calor: una marcha larga, la mayor desde Roncesvalles. Uno propone, y tú dispones, que dice el dicho.

Dejamos León a través de unos barrios interminables y feos, tras atravesar el centro de la ciudad, y poner la mirada en el hospital de san Marcos. Fue hermoso cruzar su puente para adentrarse, hasta la Virgen del Camino, en un corredor industrial que desazonaba el alma.

Recordaba el santuario de la Virgen, hace casi veinte años, junto a un camino. Guardo en el corazón muchas cosas, sin saberlo, y de pronto me vienen a la memoria. María también guardaba en su corazón las cosas de Jesús, sus asombros por oír lo que decían del niño, su desazón por no haber sido acogida en ninguna posada, la bendición en la que había prorrumpido Isabel al verla, los imposibles haciéndose realidad en su vientre…recordar, volver a pasar por el corazón, como hago al escribir de nuevo un camino escrito hace varios años, como la Virgen guarda el nombre de todos los peregrinos.

Venid a mí y saciaos de mis frutos, ni recuerdo es más dulce que la miel, mi herencia más dulce que los panales.

El camino, pararalelo a la carretera, es ruidoso y feo. En la fealdad vamos buscando algo, y no lo encontramos. Bello es el rostro de la tierra, bello hasta cansar el corazón, Dios mío.

Legamos a Hospital de Orbigo a rastras. Cruzamos el puente: pasa el río: todo fluye. Atravesamos juntos el puente del siglo XII, hermosísimo, tantas pisadas, tantos peregrinos, tanta historia en cada arcada.

Patio de pueblo, agradable, fresco, acogedor de peras y agua, donde encontramos a los que salieron ayer de Sahagún. Nada más llegar y a pesar de ser más de las tres de la tarde, en vez de la hiel del calvario nos ofrecen una jugosísima rodaja de sandía. Gracias.

Así pasamos la siesta del bochorno plomizo, en un cuarto con vigas de madera y olor a viejo. Descansar y reponer fuerzas. Las ampollas, no muy grandes, me hacen polvo, me aguanto. Recuerdo las ampollas del francés de Estella, en Villarcázar, en… Te pido, Señor, que los pies me sigan conduciendo hacia ti y, en la medida de lo posible, hacia Santiago.

Se fue condensando el calor y a media tarde descargó un aguacero, sin parar, el río era agua que caía del cielo. Me refugio en el atrio de la iglesia. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero los umbrales del señor…Entro a rezar y están en el rosario, mojando avemarías. Bendito el fruto de tu nombre, Jesús, que se hace letanía de viejas, que se transforma en nana de aya, que mecen mi espíritu, que me adormecen en ti, como un niño en brazos de su madre. Celebran tres sacerdotes. El que preside lo hace en voz baja, rápido y distraído. A pesar de todo, estás tu presente, te haces don.

En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces dormir tranquilo.

Un comentario en «Todo fluye. Gratuidad. Saciaos de mis frutos»

  1. Hola que tal como siempre muy bonito y profundo.El camino físico,el camino interior,cultivar nuestro interior nuestra espiritu que es muy importante.Luego tb las personas cn las que se va encontrado el peregrino todo lo que se aportan mutuamente,las eucaristias,los rezos,las cosas sencillas y cotidianas de cada dia,la Naturaleza en su esplendor,los pueblos,las gentes,la vida y la grandeza de Dios que nos dá tanto.
    Gracias por tu aportación.
    Un saludo.

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