Acercarse a Jesús sigue las leyes de las relaciones de amistad entre dos personas. El influjo de una sobre la otra no es inmediato. Se necesita tiempo para llegar a conocer a la otra persona, para llegar a tocar el corazón de la otra persona, para que la otra persona nos influya y nos regale lo que alberga en su interior. Por eso, necesitamos tiempo, tiempo para relacionarnos con Jesús, escuchar su palabra, conocer sus sentimientos, calar en sus intenciones y deseos dejar que hiera nuestro corazón con la herida de su amor sólo así nos podrá dar vida y vida en abundancia».
Fray Manuel Santos Sánchez