Una respuesta para los alumnos excelentes

El internado de excelencia está pensado para alumnos de colegios y liceos y para estudiantes motivados, con excelente currículo, que no tienen un marco favorable para desarrollar todo su potencial intelectual. La igualdad no es dar la misma cosa a todo el mundo, es dar más a los que tienen menos

Sarkozy

7 comentarios en «Una respuesta para los alumnos excelentes»

  1. Lo siento pero no lo comparto, ¿qué hacemos con los estudiantes motivados que no tienen excelente currículo? No todo el mundo nace con el mismo nivel de inteligencia. Al menos deberíamos darles a todos las mismas oportunidades, igualdad no, equidad.

  2. Enseñar a los alumnos motivados y de excelente currículum siempre ha sido lo más fácil para cualquier profesor. El reto es atender a quien carece de motivación o capacidades, el reto es atender a la diversidad en toda su gama y lo marianista es hacerlo con predilección por los más pobres de nuestros alumnos: los que no llegan, los que no tienen condiciones en casa y la familia, los que son objeto de burla y agresión, los que no encuentran quien crea en ellos… La excelencia está en los profesores y los centros que trabajan así, creando un espíritu de familia, donde el más pequeño es el más importante.

  3. Tengo claro que igualdad no es igualitarismo, pero una educación radicada en la fe cristiana no puede caer en el elitismo. Separar a los alumnos de excelente currículum es crear y atender a las élites. En la pedagogía marianista la atención a la diversidad siempre ha sido prioritaria (al menos en el ideario), pero esta atención nunca ha separado a un alumno o a un grupo de forma permanente del resto. Las teorías elitistas se afirman sobre el principio de competitividad: cuánto más competitivo es el entorno más rinde el alumno, y busca crear ese entorno cerrado de élites. El resultado es gente muy ‘preparada’ pero desgraciadamente insolidarios, muy incapaces de comprender la limitación de los demás, de amar y potenciar al que en apariencia no muestra capacidades… perfectos humanos entrenados para el mundo agresivo de la empresa hoy, pero muy lejos del ideal de humanidad que nos ilumina en Cristo desde una cruz.

  4. Efectivamente no todos nacemos con los mismos talentos, ni con la misma posición social, ni somo igual de guapos. Si hay alumnos que destacan por arriba y por abajo, porqué sólo es correcto atender al que se queda corto? Porqué asumimos con naturalidad que el alumno superdotado fracase escolarmente en España?

    Buscar la excelencia, la superación. Buscar soluciones para cada persona, independientemente de si es guapo o feo, listo o tont. Crear un modelo educativo en el que todos los alumnos se superen a su nivel. Es cristiano. Educar al que más talentos tiene para que sea generoso y los ponga al servicio de los demás, es cristiano.

    Dar oportunidades al que no llega y dejar fracasar al superdotado. Pensar que las elites son insolidarias. No exigir nada a nadie, legitimando la mediocridad. Crear un sistema donde el alumno con recursos pueda elegir y acceder a una educación de excelencia pero no lo pueda hacer el alumno sin recursos. Asumir que la competitividad es mala. No tengo tan claro que sea cristiano.

  5. «Competid los unos con los otros como yo he competido contra todos. En esto conocerán que sois mis amigos»
    Ejem, no me suena muy bien. Me quedo con la original:
    «Amaos los unos a los otros como yo os he amado. En esto conocerán que sois mis amigos»
    Educar en el amor exige educar en la atención al necesitado. Se puede educar en los valores de la fe cristiana sin perder calidad, todo lo contrario, esta educación aporta un grado de humanidad capaz de acabar con las injusticias sociales que se cometen en el mundo laboral.
    Me gustaría que mis alumnos en el futuro se distinguieran por su calidad humana, su atención a las necesidades de todos, sobre todos de los más pequeños, por su sentido de la justicia, por su saber potenciar a sus compañeros, empleados, por crear clima de respeto… dudo que se pueda conseguir nada de esto con una educación como la que plantea el presidente francés.

  6. Dani, tienes razón en lo último, pero estamos hablando de cosas diferentes y que no son incompatibles. Yo hablo de crear un ambiente en el que la competencia sea con uno mismo, por dar lo mejor de sí.

    Una de las lecciones más importantes que me dieron en el Pilar Esther Sanchez es que el nivel de comparación es con las capacidades de uno mismo.

    Dicho esto, creo que hay casos extremos, por arriba y abajo, a los que hay que darles una respuesta. Creo que es tendencioso aceptar que en el deporte se puedan dar casos asíy que en la enseñanza se han de articular respuestas para los rezagados, pero no para los adelantados.

    ;P

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