Desde que fui consciente de tu presencia he buscado tocar tu corazón en medio de la vida. Con mucha frecuencia te encontraba entre los árboles, cuando dejaba que la suave brisa con sus aromas me invadieran y me sorprendieran los rayos del sol, que se abrían paso para iluminar el bosque, realmente me sentía cubierta de esa luminosidad que me generaba confianza, seguridad y paz.
Sofía Chipana Quispe, Carta a Dios desde América Latina