A Dios nadie me lo va a poder quitar. Él es mi riqueza. No sé si otros lo pueden valorar así, pero yo sí y me da igual lo que pueda decir la gente. Incluso la muerte, que me puede quitar el cuerpo, no me quita el alma… y en mi alma se queda Dios. Dios es la riqueza que tengo, mi fuerza viene de Él…
Rodrigo, camerunés, gay, por su condición sexual golpeado, desplazado y refugiado en España