La casa se llenó del olor del perfume» Jn 12, 1-11
No me embriaga el olor a nardo, perfume aúténtico y costoso, sino el aroma del amado, la fragancia de su ser, todo entregado, todo vertido, todo aroma de amor.
Bendito el que viene en nombre del Señor, hosanna!
Vuelco mi cuerpo, te adoro en el camino, me hago ramo de olivo, palma sin flor, para que pase tu amor por el sendero de mi ser, y me hagas ser en ti hosanna de salvación.