La casa

la casa es la concavidad del cobijo, de la misma manera que el cuenco formado por las manos lo es del don. El tejado de la casa se parece a la figura de las manos juntas mirando hacia abajo; las palmas serían el techo. El cuenco se hace con las manos juntas hacia arriba, Con el cuenco se da y se ofrece, con el techo se guarda y se ampara. El cobijo lleva al don, Se da en casa y se sale de casa para dar.

José María Esquirol, La resistencia íntima

cuenco

 

 

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