En el silencio de los campos y de los bosques, en la enclaustrada soledad de mi monasterio, he venido a descubrir el hemisferio occidental entero. Aquí es donde he podido, por la gracia de Dios, explorar el Nuevo Mundo; no viajando de ciudad en ciudad, no volando sobre los Andes y el Amazonas para detenerse un día aquí, dos allí, y luego seguir adelante. Quizás si hubiera viajado de esta manera por el hemisferio, no habría visto nada; pues generalmente los que viajan más, ven menos.
Thomas Merton
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Deseo
Te deseo una primavera mejor que te permita ser lo que eres.
Maria Zambrano a Elena Croce
lenguaje del corazón y III
Los lenguajes el corazón significan que en las instituciones, en nuestras relaciones, en la economía y en la política nacional e internacional hay que hablar el lenguaje de la experiencia (lo que realmente le ocurre a la gente en sus vidas ordinarias), el lenguaje de la trascendencia (el lenguaje abierto y esperanzado, que no se ensimisma, integra, nos lleva al otro y a la aventura) y el lenguaje de lo esencial (lo que nos hace verdaderamente humanos). Necesitamos otros lenguajes, que es lo mismo que decir que necesitamos otra Razón Pública o que las múltiples inteligencias deben integrarse de otro modo.
Fernando Vidal
lenguaje del corazón II
Tenemos que ser capaces de hablar los lenguajes del corazón en el mundo de hoy. Todas las identidades y apelaciones pasan por ahí, por la compasión, la ternura y lo esencial de cada vida humana. De esta crisis solo salimos si el mundo es capaz una única lengua franca: el lenguaje del corazón. Ese es el Esperanto del siglo XXI
Fernando Vidal
Lenguaje del corazón I
en el mundo actual nos toca hablar el Lenguaje del Corazón, el Lenguaje de la Sabiduría, que, a su juicio, es una de las novedades que está aportando el papa Francisco, que es capaz de hablar ese lenguaje con todo el mundo
Fernando Vidal
Dios está ahí
Dios nos esté llamando en este momento no solo a responder adecuadamente a esta situación de emergencia, sino a transformar nuestro modo de vida y a relacionarnos con la naturaleza, con los otros y con Dios mismo, de una forma más humana y cristiana. Dios está aquí, de esta forma, pero no como causante o promotor de una desgracia como esta. Dios no está en el virus, sino en la fuerza para responder a él con sabiduría, prudencia e inteligencia, siendo responsables y compasivos. Él nos llama a ser santos y misericordiosos como Él y porque Él es santo y
misericordioso, siempre y en toda circunstanciaAngel Cordovilla
La verdad de lo esencial
Cuántas cosas, tareas, actividades, profesiones estaban sobrevaloradas en un mundo que vivía en una especie de burbuja y, de repente, hemos tenido que reducirnos a la actividad esencial. Nos hemos dado cuenta de la importancia que tienen para nuestra supervivencia algunos trabajos que considerábamos humildes y que prácticamente despreciábamos (cajeros, transportistas, repartidores, agricultores, soldados, policías,
trabajadores sociales…)Ángel Cordovilla
Nostalgia de las pequeñas cosas
Pero el día a día de nuestra vida está hecho de pequeñas cosas, que solo echamos de menos y valoramos cuando nos faltan. Un abrazo acogedor
de un amigo; un beso cariñoso de una persona amada…Ángel Cordovilla
Asombro del arte
¿Dónde está la clave? ¿En recuperar modelos tradicionales que, en
un momento dado, por el manierismo excesivo, pueden rozar lo cursi o lo convencional, lo ya demasiado trillado? O, por el contrario ¿de lo que se trata es de llevar a los fieles al asombro a través del arte.
Y que, así, lleven a cabo un encuentro efectivo con Cristo y con la Virgen”.Pablo López Raso
contemplación
Elegía pastizales de alta montaña y miradores y se sumía en la contemplación; sólo que el mismo nunca habría utilizado la palabra contemplación; la hubiese considerado pretenciosa e impropia de su manera de hablar.
Adam Zagajewski, Una leve exageración
Estar en el presente
“Nunca estamos en nuestro propio terreno, nos encontramos siempre más allá. El temor, el deseo, la esperanza nos proyectan hacia el futuro y nos arrebatan el sentimiento y la consideración de aquello que es, para que nos ocupemos de aquello que será…”
Montaigne
el barquito
Entre todos los cuadros que pintó en Xàbia en 1909 prefiero el de ese niño desnudo que echa a navegar entre las olas un pequeño balandro de juguete. Siempre he creído que ese pequeño velero de papel es el único barco verdadero porque lleva a bordo todos los sueños que se van a desarrollar a lo largo de la vida.
Manuel Vicent