Recuerdos del Covid 19-II

El virus nos ha hecho tomar conciencia de que, independientemente de lo débiles e indefensos que nos sintamos ante la amenaza, a nuestro alrededor hay personas aún más débiles que necesitan ayuda. Nos ha recordado lo delicados que son nuestros viejos padres y abuelos, y lo mucho que merecen nuestros cuidados.

Nos ha enseñado que nuestra febril movilidad amenaza al mundo. Y nos ha recordado la misma pregunta que rara vez tuvimos el valor de plantearnos: ¿qué es lo que en realidad buscamos?

Olga Tokarczuk es premio Nobel de Literatura 2019.

Recuerdos del Covid-19

Al fin y al cabo, el virus nos ha recordado lo que tan apasionadamente negábamos: que somos seres frágiles hechos de la materia más delicada. Que morimos, que somos mortales.

Que no estamos separados del mundo por nuestra “humanidad” y excepcionalidad, sino que el mundo es una especie de inmensa red en la que permanecemos unidos a otros seres por medio de invisibles hilos de influjos y dependencias. Que dependemos los unos de los otros y que, independientemente del país del que vengamos, de la lengua en que hablemos y del color de nuestra piel, enfermamos de la misma manera, tenemos el mismo miedo y morimos del mismo modo.

Olga Tokarczuk es premio Nobel de Literatura 2019.

 

Misterio y mística I

Lo que nos relaciona más íntimamente con el misterio es, lógicamente, la mística. La mística une, integra, sana y pacifica, lleva al éxtasis y plenifica, da luz, placer, alegría y confianza, es la mayor belleza, nos lleva a servir y da bondad, es pequeña y es ternura, es íntima y nos eleva al firmamento, da seguridad en que nunca se separará, nos revela el Principio y Fundamento de la vida… No poseyendo, sino desposeyendo. No prevaleciendo, sino sirviendo. La entrega y comunión no agota, sino que multiplica hasta el infinito. 

Fernando Vidal