Kent Haruf , en su libro, no sucumbe a lo convencional. Parece qeurer decirnos, al final del camino, que la única manera de soportar la vida y sobreponerse a sus absurdos desmanes ess replegándose en la serenidad. La noce puede ser f´ria, inclemente, pero queda el reflejo de una luz.
R. Saldarigas