Soledad solidaria

Aun cuando pueda estar físicamente solo, el solitario permanece unido a los otros y vive en solidaridad profunda con ellos, pero en un nivel místico y más profundo. Los demás pueden pensar que es uno de ellos en los vanos intereses y preocupaciones de una superficial existencia social. Él comprende que es uno con ellos en el peligro y la angustia de su soledad común: no la soledad del individuo solamente, sino la radical y esencial soledad del ser humano, una soledad que fue asumida por Cristo y que, en Cristo, llega a identificarse misteriosamente con la soledad de Dios
Merton

 

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