La Iglesia Santa

Los partidos y las contiendas han dividido la túnica del Señor, han fraccionado a la Iglesia en muchas iglesias (…) Por eso hoy la Iglesia es para muchos el mayor obstáculo para creer. Porque sólo se ve en ella la lucha por el poder humano, la mezquina comedia de quienes con sus afirmaciones quieren administrar el cristianismo oficial y paralizar el verdadero espíritu del cristianismo. (…)

Estos argumentos no sólo vienen de la razón sino de un corazón lleno de amargura, cuyas expectativas han sido defraudada y que ahora, enfermo y herido en su amor, ve cómo se desmorona su esperanza.

¿Qué podemos decir a todo esto? En definitiva, sólo podemos confesar por qué podemos seguir amando en la fe a esa Iglesia, por qué nos atrevemos a seguir viendo el rostro de la Iglesia Santa en la faz de la Iglesia deformada…

Y es que «santo» no se refiere a la santidad de las personas, sino al don divino que regala la santidad en medio de la maldad humana…

 

Joseph Ratzinger. Introducción al Cristianismo.

 

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