El silencio I

Hacer silencio es comenzar a relacionarnos, callar el monólogo interior. El silencio es tender una tienda para el encuentro. El silencio siempre es de alguien: siempre acoge un vínculo, Siempre es pronunciado por alguien: por el río, nuestras pulsaciones, la velocidad de las flores, el paso de una nube, la luz que penetra en el ciprés, el colchón de los amantes, una fotografía quieta, una palabra suspensa que no sabe cómo decir lo que tiene que saber, el viento que va haciendo arena de los ladrillos… 

 

Gigante dormido

Pero me parece que en el silencio de mi monasterio he oído la voz de todo el hemisferio que habla desde las profundidades de mi ser con una claridad a la vez magnífica y terrible… Me parece como si la inagotable belleza de todo el Nuevo Mundo, y sus casi infinitas posibilidades, se movieran dentro de mí como un gigante dormido, ante cuya presencia no puedo quedarme indiferente. En realidad casi me parece a veces que esta presencia que hay dentro de mí habla con la voz del mismo Dios: y yo lucho en vano por captar y entender alguna palabra, alguna sílaba del gran destino del Nuevo Mundo… ese destino que está aún oculto en el misterio de la Providencia

Thomas Merton

Viaje interior

En el silencio de los campos y de los bosques, en la enclaustrada soledad de mi monasterio, he venido a descubrir el hemisferio occidental entero. Aquí es donde he podido, por la gracia de Dios, explorar el Nuevo Mundo; no viajando de ciudad en ciudad, no volando sobre los Andes y el Amazonas para detenerse un día aquí, dos allí, y luego seguir adelante. Quizás si hubiera viajado de esta manera por el hemisferio, no habría visto nada; pues generalmente los que viajan más, ven menos.

Thomas Merton

 

lenguaje del corazón y III

Los lenguajes el corazón significan que en las instituciones, en nuestras relaciones, en la economía y en la política nacional e internacional hay que hablar el lenguaje de la experiencia (lo que realmente le ocurre a la gente en sus vidas ordinarias), el lenguaje de la trascendencia (el lenguaje abierto y esperanzado, que no se ensimisma, integra, nos lleva al otro y a la aventura) y el lenguaje de lo esencial (lo que nos hace verdaderamente humanos). Necesitamos otros lenguajes, que es lo mismo que decir que necesitamos otra Razón Pública o que las múltiples inteligencias deben integrarse de otro modo.

Fernando Vidal

 

lenguaje del corazón II

Tenemos que ser capaces de hablar los lenguajes del corazón en el mundo de hoy. Todas las identidades y apelaciones pasan por ahí, por la compasión, la ternura y lo esencial de cada vida humana. De esta crisis solo salimos si el mundo es capaz una única lengua franca: el lenguaje del corazón. Ese es el Esperanto del siglo XXI

Fernando Vidal

Dios está ahí

Dios nos esté llamando en este momento no solo a responder adecuadamente a esta situación de emergencia, sino a transformar nuestro modo de vida y a relacionarnos con la naturaleza, con los otros y con Dios mismo, de una forma más humana y cristiana. Dios está aquí, de esta forma, pero no como causante o promotor de una desgracia como esta. Dios no está en el virus, sino en la fuerza para responder a él con sabiduría, prudencia e inteligencia, siendo responsables y compasivos. Él nos llama a ser santos y misericordiosos como Él y porque Él es santo y
misericordioso, siempre y en toda circunstancia

Angel Cordovilla

 

La verdad de lo esencial

Cuántas cosas, tareas, actividades, profesiones estaban sobrevaloradas en un mundo que vivía en una especie de burbuja y, de repente, hemos tenido que reducirnos a la actividad esencial. Nos hemos dado cuenta de la importancia que tienen para nuestra supervivencia algunos trabajos que considerábamos humildes y que prácticamente despreciábamos (cajeros, transportistas, repartidores, agricultores, soldados, policías,
trabajadores sociales…)

Ángel Cordovilla