amor

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.

Idea Vilariño 1961

cristo y magdalena

Cristo y la Magdalena, Auguste Rodin

 

El ciervo y la paloma

«(En el cántico espiritual), el ciervo  y la paloma se vuelven a identificar(…) el ciervo, al  aparecer por lo alto del otero (tangencia de cielo y tierra donde se cumplen todas las epifanías) a beber las aguas frías, no hace otra cosa que consumir a su amada transformada. La hace parte de su propio ser, la transforma en si precisamente por ser él un ciervo y ella una paloma/fuente»

Luce López Baralt, Asedios a lo indecible

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Ser de intemperie

 

¿Qué podrá evocar el Nómada que no sea desnudez y no esté a la intemperie? La fuerza que ha abrazado es tener siempre sus casas recorridas por el viento, su lecho siempre en alta mar, su corazón distante entre lluvias y neblinas. Y sin partidas, en una sucesión interminable de llegadas, pues ha visto en el río de los días que ninguna jornada pudo ser la primera, y sabe que no existe para él reposo, que todo descanso apoya sobre alguna raíz su peso. Nacido en los caminos, su destello es saber que todos han venido sin saberlo de otro sitio, que donde ponen su origen es allá donde empieza su ignorancia, que se hermanan de otro modo que el que creen. Su tiniebla, el terror de no sembrar por fin en la tierra sus huesos.

Tomás Segovia.

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