Disfruté leyendo el legado del rey Tsongor, me maravillé con el sol de los Scorta, las dos novelas de Laurent Gaudé. No me he resisitido, este fin de semana, a la que acaba de publicar en nuestro país.
«Su abuela la mira a los ojos y le dice: si vas desnuda no podrán arrebatarte nada
(…)
vete, hijo mío, no serás nada….
Vete, hijo mío, volveré contigo cuando me libre del Imperio…
Entonces monta en su caballo y toma la dirección de Babilonia, sin temblar, pues en ese instante sabe con certeza que ya no hay nada en ella que pueda serle arrebatado.»