Gaudium et Spes 1

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.

¿Qué buscas?¿Dónde?

El monje calla y sonríe significativamente, mientras señala con el dedo a mis pies. Miro al suelo intrigado y luego me quedo mirándole interrogativamente.

«Cuando nos preguntan dónde está el Buda, respondemos: Aquí. La gente mira en torno y ve muchas estatuas de Buda en el templo. Siguen preguntando: ¿Cuál de ellas es el Buda auténtico? Y entonces señalamos a sus pies: El que está donde tú pisas, el que late donde tu corazón late, tan cerca de ti como tu mismo corazón y tan lejos como lo olvidado que tienes su latido«.

«Claro, y por eso nos pasamos la vida buscándole»

«Y sin reconocer que nos ha hallado él primero, porque es la Vida que nos vive».

Se aleja despacio en silencio el monje. Contemplo el reflejo del sol de otoño a través de los arces sobre su kimono. Respirando su aura, su imagen se me transforma como en ensueño y me veo caminando junto al Jordán a unos pasos del enigmático buscador de Galilea, pescador de buscadores que pesquen personas vivas para la vida (Lc 5, 10) diciéndonos: «¿Qué buscáis?» (Jn 1, 38).
Del Blog de Juan Masiá

Cultura del descarte

En este humanismo economicista que se nos impuso en el mundo, se ha abierto paso una cultura de la exclusión, una cultura del descarte. No hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado; no hay tiempo para detenerse con aquel pobre en la calle. A veces parece que, para algunos, las relaciones humanas están reguladas por dos dogmas: eficiencia y pragmatismo

Francisco

Descentrado

 

La posición del discípulo misionero no es una posición de centro sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias… (…). Habitualmente tenemos miedo a salir del centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales.

Francisco

Dulzura de la soledad

«Esta dulzura de la soledad la he experimentado en todas las edades, desde los veinte años cada vez que he podido disfrutar de ella, aun sin ser cristiano, amaba la soledad frente a la hermosa naturaleza; con mayor motivo debo apreciarla cuando el mundo invisible y tan dulce hace que, en la soledad, uno no se sienta nunca solo. El alma no está hecha para el ruido, sino para el recogimiento, y la vida debe ser una preparación para el cielo, no solo mediante las obras meritorias sino también por la paz y el recogimiento en Dios»

Carlos de Foucauld

Despertarse para amar

Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios; si su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.

Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene: que amor saca amor. Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar, porque, si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón de este amor, sernos ha todo fácil, y obraremos muy en breve y muy sin trabajo.

Santa Teresa de Jesús

…ni cansa ni se cansa

Me canso cuando sólo pienso en mí, cuando me encierro en mi pequeño mundo y doy cancha a mi mente embarullada por mil pensamientos caóticos que despiertan miedos ancestrales en mi corazón. Entonces, la llama del Amor puede parecer apagarse, las cosas se hacen sin gusto, sin sonrisa en el rostro, como un autómata. Pero… una ligera brisa puede avivar el fuego del Amor y, entonces, renacen las sonrisas, los abrazos, la energía interior, el gozo de vivir.

 Quien vive arraigado en el Amor no cansa: no habla sólo de sí mismo/a sino que sabe hacer espacio a las vidas de los demás, no dice como primera palabra «no» cuando de echar una mano se trata. Quien vive  arraigado en el Amor es un poco niño/a y aún se deja sorprender cada día por las mil sorpresas de la vida. El alma que anda en amor no cansa a nadie, descansa a todos porque sabe tener el gesto y la palabras oportunas, y sabe callar también. El alma que anda en amor no cansa sino que parece que, estando a su aldo, se descubren nuevos perfiles a los acontecimientos.

 El alma que anda en amor no se cansa. Se da, se entrega sin miedos porque se sabe toda entera amada, salvada, protegida, perteneciente a un Amor que no tiene fin. El alma que anda en amor se sabe parte del Todo, minúscula criatura infinita y locamente amada.

 Me autodiagnostico carencia de amor del bueno. Buscaré las pastillas adecuadas: «olvido de lo creado, memoria del Creador, atención a lo interior, estarse amanado al Amado» (también es de San Juan de la Cruz) y si a tanto no llego, pegarme a las personas que así aman y aprender de ellas…¡me rodean tantos seres así… No perfectos, pero sí almas que andan en amor.»

aurora maña

Elena Andrés

El alma que anda en amor…

Así dice San Juan de la Cruz, que el alma que anda en amor ni cansa ni se cansa. 

 Me diagnostico a mí misma decaimiento en el amor cuando al puro cansancio normal de una jornada llena de idas y venidas le sumo la queja. Cuando se actúa desde el amor, cuando cada paso dado hunde sus raíces en el Amor, parece que a la vida le nacen alas y nada cansa tanto como para proferir queja alguna.

 Cuando, en cambio, en el corazón dejo que crezcan las malas hierbas de la inseguridad, de la falta de generosidad, de la no-empatía, del juicio… Entonces ¡hay qué ver cómo fluye la queja! Siempre hay más de una razón para quejarse, ya lo dice el refrán: Nunca llueve a gusto de todos.

 Es cuestión de Amor. El alma que anda en amor… y ¿qué es esto de «andar en amor»? Dejando de lado el amor blandengue de las películas y culebrones, el amor al que nos invita el místico es Dios mismo, Aquel que es Fuente de toda Vida. En el origen y en el final de la existencia se sitúa el Amor: creados por amor hacia el Amor nos dirigimos. Es el Amor quien nos mantiene vivos eternamente, es el Amor el soporte de toda existencia.

 Se trata del Amor paciente, servicial, sin envidia, ni engreído. Se trata del Amor que espera siempre y aguanta siempre, del Amor que no pasa nunca. Es este Amor el que está a la base de todo y es, únicamente EXPERIENCIA. Por más que teoricemos sobre el Amor, esas teorías son puras entelequias. El Gran Amor se nos da, nos desborda, nos toma por sorpresa y haciéndolo, nos aquieta, nos sana internamente, nos da la mirada del amor, de nuevo San Juan de la Cruz: el mirar de Dios es amar. Quien es amado mira la vida con amor, quien ama vaciándose es llenado y remecido por el Amor

Elena Andrés

roblelacasa 050

De cine: Gravity

Es una película profundamente humana ( Carlos Boyero)
Una aventura de aire místico y sustrato metafísico que, sin embargo, está protagonizada por un personaje no creyente que, al final, solo se ayuda de su propio ímpetu, el emocional. la película tiene mucho de milagro. De milagro técnico, de milagro emocional, de milagro cinematográfico. ( Javier Ocaña)

Entre el vértigo y el éxtasis, el espectador quedará sin aliento con la extrema belleza plástica que desprende el conjunto. ( Sergio Benitez)

…Y porque lo humano siempre entra en el campo de la mística, y porque me gusta el buen cine, y el éxtasis que produce la belleza, tengo ganas de acompañar en esta aventura al interior de uno mismo, perdido en la inmensidad del cosmos.