En el Cuerpo de Cristo

“Si quieres saber qué es el cuerpo de Cristo, escucha lo que dice el apóstol a los fieles: “Vosotros sois el Cuerpo de Cristo y miembros suyos”. Por lo tanto, porque vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros, es vuestro el mismo misterio el que está puesto sobre la mesa del Señor, es vuestro misterio lo que recibís. Vosotros respondéis: Amén a la afirmación de aquello que vosotros sois y la respuesta es como vuestra firma”
San Agustín, sermón 272

spiritualis 5

Acoger la novedad de Dios

 

acoger a Dios

La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad, trasforma y pide confianza total en Él. (…) La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien.

Fragmento de la Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de Pentecostés.
Para leer la homilía completa pincha aquí.

El asombro


El asombro de un enamoramiento, la belleza de un paisaje, la verdad de un encuentro auténtico con alguien que te mira a los ojos y te escucha, el estupor ante la muerte de alguien que amas, la impresión estética de un concierto, la pregunta ante el misterio del dolor, la injusticia o la pobreza, la estrecha relación que existe entre lo esencial y la verdadera alegría que se experimenta en la peregrinación… Ahí se necesita la compañía de alguien que dé hondura a estas vivencias, sin censura, y, a través de ellas, despierte a las grandes preguntas sobre el sentido de la vida. Aquel que es capaz de hacerse esas preguntas y admirarse por ellas, se ha abierto a la búsqueda de Dios. Ha sido tocado por Él. La piedra del corazón empieza a moverse para dar cabida a Dios»

Carolina Blazquez Casado, El peligro de la espiritualidad sin Dios, en Vida Nueva nº 2845

TRADIC~1

Navidad III

La figura de Cristo niño no es para los niños. Es para aquellos que se niegan a abandonar y hacerse viejos; para aquellos a quienes la vida llega de nuevo y con un nuevo propósito cada día; para aquellos que pueden dejar que se esfume el ayer, a fin de que la vida esté siempre llena de nuevas posibilidades; para aquellos que se sienten inquietos por las novedades, cualqueira que sea su edad. La vida es para los que viven, para aquellos para quienes la navidad es una fiesta sin fin, una celebración de la constancia del cambio, una llamada a empezar una vez más el viaje hacia el gozo humano y el sentido sagrado.

Joan Chittister, En busca de la fe

Navidad I

Nosotros nacimos, Jesús nació. Lo que Jesús hizo paa que sobreviviera la vida, para crear vida, para hacerse vida, nosotros también lo podemos hacer. Mejor dicho: lo que nosotros hacemos para que la vida sobreviva, para engendrar la vida, para crear vida, para hacernos vida, Jesús lo hizo antes que nosotros. Nuestras luchas no son nuevas. Nuestras preguntas no carecen de sentido. Nuestras cargas no son insoportables.

Joan Chittister, En busca de la fe

10