El amor propio que reina entre nosotras es muy sutil, y muchas veces nos engañamos a nosotras mismas sin querer.
Santa Teresa de Ávila F 4, 2
El amor propio que reina entre nosotras es muy sutil, y muchas veces nos engañamos a nosotras mismas sin querer.
¿Por qué no le habla así a mi hermano? –preguntó Adam- Él es mucho más capaz que yo.
(…)
Me has hecho una pregunta. Creo que no te la he respondido. Tal vez sea bueno o tal vez sea malo responderla. No eres muy listo. No sabes lo que quieres. No tienes orgullo ni fiereza. Permites que los demás te pisoteen. A veces pienso que eres un mequetrefe canijo que jamás llegará a ser un perro de presa. ¿Responde eso a tu pregunta? Te quiero más a ti. Siempre te he querido más. Quizá no hago bien en decírtelo, pero es así. Te quiero más.