La flor y el canto

Entre los pueblos indígenas, la relación de los seres humanos con la divinidad era una verdad que palpitaba en su ser. Su deseo de conocer y expresar la verdad era un anhelo real en su vida. Sentían que solo por medio de la flor y el canto podían expresar la verdad, pues ese era el camino al «Dador de la Vida».

Para los aztecas la flor de la canción era el fruto de una expereincia interior auténtica, y surgía desde adentro, desde el hogar de Dios. Es el único modo de comunicar nuestro propio ser con el Dador de la Vida, que habita en nuestros corazones.

Rosa María Icaza.

Juventud indomable VS Iglesia inflexible. Brave

Hace unas semanas tuvo lugar en Valencia un Congreso Nacional de Pastoral Juvenil. Para anunciarlo encargaron este vídeo a Juan Manuel Cotelo, director de La última Cima, que con el mismo gancho transmite ahora en una serie de entrevistas, algo de la realidad de la fe que estamos viviendo entre los jóvenes de forma bastante acertada a mi parecer.

A partir de este montaje, hemos aprovechado para hablara de la fe, y su transmisión en el mundo de hoy a chavales de 2º de Bachiller en el contexto de unos ejercicios espirituales.
Creo que merece la pena verlo y analizarlo detenidamente.

¿Cuáles son las normas de la Iglesia? ¿Cuáles son mis normas? ¿Qué consigo con mis normas? ¿A qué aspiro? ¿Y Dios? ¿Cómo transmitirlo? Entorno a estas preguntas, presenta a una juventud rebelde que rechaza a una Iglesia inflexible por querer buscar su propio camino que conduce al vacío, y quizá por eso, estos mismos jóvenes ponen la expectativa en volver a la fe y la moral cristiana recibida de sus padres. Finalmente nos empuja a ser testigos de la fe desde la propia vivencia y con el ejemplo coherente, para ser modelos significativos para otras personas. Ser transmisores de vida más que de verdades.

Y escribiendo esto me viene a la cabeza la película Brave

El destino puede cambiar, mira en tu interior, repara el lazo roto por el orgullo

Esta es la clave que recibe la protagonista para resolver el problema.

Una madre y una hija inflexibles, orgullosas habrán de descubrirse mutuamente y aprender a quererse de nuevo para reparar el lazo que rompieron con su intransigencia. La joven por ser joven, soñadora, e indomable; la madre por ser madre y reina, responsable de su hija y su porvenir. Las dos olvidaron que son madre e hija, y que la madre un día fue hija y que la hija un día será madre.

“Si tan solo me escuchara!”… se reprochan mutuamente en un divertido diálogo que acaba con la ruptura del amor que les unía.

¿Será esto lo que nos pasa muchas veces entre la “madre” Iglesia y a sus jóvenes?

Presencia y respuesta

la escucha de la llamada de la presencia requiere pasar de la superficialidad de la vida (de la pérdida de tiempo existencial, de los apegos, del divertimento insustancial) a la recuperación del centro de la persona;

de la dispersión a la unificación interior en torno al verdadero centro.

De la disipación de sí mismo en un activismo desaforado a la simplificación de la vida en torno a lo único necesario.

Se trata más bien de hacerse disponible, de hacer lugar, de ahondar en el vaciado infinito que Dios ha puesto en su interior, y ponerse a la altura de la realidad por la que el hombre es buscado”

(Juan de Dios Marín Velasco)

Apotegmas. La subdivisión del trabajo

“Hijo mío, trabaja cada día solo tanto suelo como el que ocupa tu cuerpo al descansar; de este modo tu trabajo progresará poco a poco y no te desanimarás”. Cuando el joven escuchó este consejo, lo siguió, y en poco tiempo el campo estuvo limpio y pudo cultivarlo. “Hermano, haz tú lo mismo, trabaja poco a poco y no te desalentarás”.

Apo 1151
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Muchas veces se acumula el trabajo, un montón de pequeñas cosas que tenemos que hacer y que nos bloquean. ¿Por dónde empezar? ¿qué hacer? Y al final no hacemos nada…

Que mal está el mundo… es que la juventud… es que los políticos… es que la Iglesia… es que las familias… es que la crisis… hay demasiadas cosas que arreglar, no se puede hacer nada…

Lo mismo: tengo que tomar conciencia de la realidad y trabajarla en dosis asequibles que me permitan avanzar. Cada semana, o cada día escribir una pequeña lista de cosas que he de sacar adelante y que pueda cumplir contando además con el descanso necesario.

autosecularización

«… sin darse cuenta, se ha caído en la autosecularización de muchas comunidades eclesiales; estas, esperando agradar a los que no venían, han visto cómo se marchaban, defraudados y desilusionados, muchos de los que estaban: nuestros contemporáneos, cuando se encuentran con nosotros, quieren ver lo que no ven en ninguna otra parte, o sea, la alegría y la esperanza que brotan del hecho de estar con el Señor resucitado»

(Benedicto XVI, Discurso a los obispos de Brasil, 2009).

Por la fe (IV): Consagrados

Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos (cf. Lc 4, 18-19).

Benedicto XVI, Porta fidei

Por la fe (III): apóstoles y discípulos

Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt 10, 28). Creyeron en las palabras con las que anunciaba el Reino de Dios, que está presente y se realiza en su persona (cf. Lc 11, 20). Vivieron en comunión de vida con Jesús, que los instruía con sus enseñanzas, dejándoles una nueva regla de vida por la que serían reconocidos como sus discípulos después de su muerte (cf. Jn 13, 34-35). Por la fe, fueron por el mundo entero, siguiendo el mandato de llevar el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15) y, sin temor alguno, anunciaron a todos la alegría de la resurrección, de la que fueron testigos fieles.

Por la fe, los discípulos formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la celebración de la Eucaristía, poniendo en común todos sus bienes para atender las necesidades de los hermanos (cf. Hch 2, 42-47).

Benedicto XVI. Porta Fidei

Por la fe (II): María

Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1-4).

Benedicto XVI, Porta Fidei

Familias numerosas

Hay una mentalidad dominante que hace depender el número de hijos del dinero que se gana. No voy a ser yo quien diga que no tiene nada que ver. Pero si puedo constatar que la gran mayoría de familias que tienen muchos hijos, si se plantearan el problema en la misma clave, no los tendrían. Al final se trata de valores y prioridades que nos retratan

No es cierto que el obstáculo principal contra la natalidad en España sea la crisis económica, por más que ésta implique en lo inmediato alguna caída adicional en la tasa de fecundidad. Cuando todo iba bien, en el largo ciclo expansivo de la economía entre 1994 y 2007, los españoles no teníamos más niños que ahora. Y en Alemania, sin desempleo ni burbuja inmobiliaria, con una renta per cápita mayor que la nuestra, y donde parece más fácil que aquí la conciliación entre vida laboral y familiar, la tasa de fecundidad es tan baja como la española. Tener o no tener hijos es cuestión, sobre todo, de valores y prioridades en la vida.