De libros: el último cortejo, II, ¿A quién perteneces?

Pero una pregunta final cerraba el largo discurso, una pregunta que lo obsesiona desde entonces:»¿A quién perteneces, Alejandro?» Olimpia, su propia madre, la ha formulado en boca del mensajero; esas palabras resuenan en su cabeza. Se da cuenta que es incapaz de responder: ¿A quién pertenece? ¿A Macedonia, por la que incendió Persépolis cuando en realidad no quería hacerlo? ¿O al reino aqueménida, cuyas insignias luce ahora?¿A quién?La preguna lo tortura a tal punto que lo hace tambalearse»
Laurent Gaudé

De libros: el último cortejo

Disfruté leyendo el legado del rey Tsongor, me maravillé con el sol de los Scorta, las dos novelas de Laurent Gaudé. No me he resisitido, este fin de semana, a la que acaba de publicar en nuestro país.

«Su abuela la mira a los ojos y le dice: si vas desnuda no podrán arrebatarte nada

(…)
vete, hijo mío, no serás nada….
Vete, hijo mío, volveré contigo cuando me libre del Imperio…
Entonces monta en su caballo y toma la dirección de Babilonia, sin temblar, pues en ese instante sabe con certeza que ya no hay nada en ella que pueda serle arrebatado.»

Rilke. Ser poeta. Ver lo trascendente. Todo es gracia.

Si tu vida cotidiana te parece pobre, no la acuses. Acúsate a ti mismo de no ser lo bastante poeta para percibir sus riquezas»
Rilke, en la carta del 17 de febrero al poeta Kappus

Diría que ser poeta es poner una mirada trascendente en la realidad, comprender que la gracia se está desbordando en cada momento, en cada acontecimiento cotidiano.

Tener ojos y ver

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Evangelización de rodillas

la evangelización se hace de rodillas, la evangelización se hace de rodillas. Escuchen bien: «La evangelización se hace de rodillas», sean siempre hombres y mujeres de oración. ¡Sean siempre hombres y mujeres de oración! Sin la relación constante con Dios la misión se convierte en función.

El riesgo del activismo, de confiar demasiado en las estructuras, está siempre al acecho. Si miramos a Jesús, vemos que la víspera de cada decisión y acontecimiento importante, se recogía en oración intensa y prolongada.

Cultivemos la dimensión contemplativa, incluso en la vorágine de los compromisos más urgentes y acuciantes. Cuanto más les llame la misión a ir a las periferias existenciales, más unido ha de estar su corazón a Cristo, lleno de misericordia y de amor. ¡Aquí reside el secreto de la fecundidad pastoral, de la fecundidad de un discípulo del Señor!

Francisco, obispo de Roma

Iglesia, don de Dios

 La Iglesia, nos ha repetido Benedicto XVI, no es nuestra, sino de Dios; y cuántas veces nosotros los consagrad pensamos que es nuestra ¿eh? Hacemos lo que se nos ocurre… Pero no es nuestra, es de Dios, el campo a cultivar es suyo. Así pues, la misión es sobre todo gracia. La misión es gracia. Y si el apóstol es fruto de la oración, encontrará en ella la luz y la fuerza para su acción. En efecto, nuestra misión pierde su fecundidad, e incluso se apaga, en el mismo momento en que se interrumpe la conexión con la fuente, con el Señor.

Francisco, obispo de Roma

Le Corbusier, Iglesia de Ronchamp

Hoy, 8 de julio, con los pobres en Lampedusa

Primer viaje del Papa Francisco,

El Papa Francisco irá a Lampedusa, la isla de la última frontera sur italiana, a «llorar» los inmigrantes clandestinos que encuentran la muerte en busca de una vida mejor. Así lo refirió el secretario particular de Jorge Mario Bergoglio, el sacerdote maltés Alfred Xuereb.

«Su presencia es un signo para demostrar que mientras en el norte están los ricos que ostentan y desperdician, al mismo tiempo existe un sur que deja todo para buscar la fortuna y a menudo encuentra la muerte«, sostuvo Xuereb.

Beato Juan XXIII, santo

El papa Francisco también decidió canonizar a Juan XXIII, sin que se haya anunciado un segundo milagro por su intercesión, como contempla la normativa vaticana

Del discuros de apertura del Concilio Vaticano II

En el cotidiano ejercicio de Nuestro ministerio pastoral llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando; y se comportan como si nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y como si en tiempo de los precedentes Concilios Ecuménicos todo hubiese procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de la justa libertad de la Iglesia.

Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquélla lo dispone para mayor bien de la Iglesia.

De película: Jiro, maestro de sushi

Solo hago mi trabajo, estoy concentrado en lo que hago, que es ofrecer lo mejor”

«A mi edad, aún no he alcanzado la perfección», dice Jiro, octogenario que ha conseguido de nuevo tres estrellas michelín para su restaurante, de diez plazas, en el metro de Tokio.

Su hijo nos dice cómo le sigue enseñando a ser un buen cocinero de sushi, y los consejos dados:

«Siempre mira hacia adelante, y por encima de ti, para superarte.
Siempre intenta mejorarte.
Siempre intenta en mejorar tu técnica»

Si fueras a definir el sushi de Jiro podrías decir:
«la máxima simplicidad lleva a la pureza»
Jiro dreams of sushi (David Gelb, 2011)

Oración de santa Catalina de Siena

Oh Dios eterno, oh Abismo de caridad!no has mirado mis tinieblas…
ya antes de crearnos tu Mirada está sobre nosotros,
mi dulce Señor, ¡oh mi Amor!.

Oh Dios eterno, oh Abismo de caridad!
como el ciervo anhela el Agua viva de las fuentes
mi alma desea verte de verdad,
mi dulce Señor ¡oh mi Amor!

Oh Dios eterno, oh Abismo de caridad!
por tu Luz he conocido la luz,
en Ti he encontrado la caridad
mi dulce Señor, oh Amor mío!

Oh Dios eterno, oh Abismo de caridad
vísteme, vísteme de ti,
oh Verdad eterna
mi dulce Señor, oh Amor mío!

Me postro con todo el corazón ante ti, Señor
no me abandones a mi voluntad,
Tú que has hecho tanto por mío
por tu Amor ten piedad de mí!

Oh Dios eterno, oh Abismo de caridad!
Belleza sobre toda belleza,
oh Verdad eterna…
mi dulce Señor ¡Amor mío!

Santa Catalina de Siena