Jesús crucificado, las cruces, rostros crucificados

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Jesús tu crucifijo
hace entender
las cruces más pequeñas.

Jesús, que tu otra cara
te recuerde en el cielo
nuestras caras.

Jesus! thy Crucifix
Enable thee to guess
The smaller size!

Jesus! thy second face
Mind thee in Paradise
Of ours!

Emily Dickinson

Negación de Pedro. Mirar de amor. Perdón

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Aunque El lo olvidó yo lo recuerdo.
Fue un suceso trivial, hace ya mucho,
cuando Cristo y San Pedro,
en el atrio del Templo, junto al fuego.

«¿Tú no estabas con El?», dijo la sierva,
«No, yo no iba con El», contestó Pedro.
Jesús tan solo le «miro». ¿Podría
comportarse contigo de otro modo?

He forgot — and I — remembered —
‘Twas an everyday affair —
Long ago as Christ and Peter —
«Warmed them» at the «Temple fire.»

«Thou wert with him» — quoth «the Damsel»?
«No» — said Peter, ‘twasn’t me —
Jesus merely «looked» at Peter —
Could I do aught else — to Thee?

Emily Dickinson

Pasión San Mateo III

NUM. 70 ARIA (Contralto, Coro)

Solista:
Mirad, Jesús extiende su mano
Para abrazarnos.
¡Venid!

Coro:
¿Dónde?

Solista:
En los brazos de Jesús;
buscad la redención y misericordia.
¡Buscad!

Coro:
¿Dónde?

Solista:
En los brazos de Jesús.
Vivid, pereced, reposad aquí,
avecillas abandonadas,
¡Quedaos!

Coro:
¿ Dónde?

Solista:
En los brazos de Jesús.

JS Bach»

Camino de encarnación, entrada humilde

Quien desea entrar en el lugar del nacimiento de Jesús, tiene que inclinarse. Hay tan solo una pequeña apertura de metro y medio.La intención fue probablemente proteger mejor la iglesia contra eventuales asaltos pero, sobre todo, evitar que se entrara a caballo en la casa de Dios. Me parece que en eso se manifiesta una cercanía en esta Noche santa: si queremos encontrar al Dios que ha aparecido como niño, hemos de apearnos del caballo de nuestra razón “ilustrada”. Debemos deponer nuestras falsas certezas, nuestra soberbia intelectual, que nos impide percibir la proximidad de Dios” (Benedicto XVI, Homilía, 24-XII-2011).
La puerta mide apenas metro y medio. Foto: Leobard Hinfelaar.

 

Ceremonia del té. Cha No yû. Entrada humilde I

El hueco de entrada a la estancia del té no mide má de 70 por 70 cm. Su poca altura obliga a los invitados a entrar de forma humilde, llenos de respeto, gateando más que pisando. Desaparecen así todas las diferencias sociales -alto y bajo pasan ambos por el reducido hueco a ese recinto en el que todos son iguales y donde no existen diferencias de clase.

Esta entrada baja es también el acceso a un lugar de transformación en el que todos han de encontrarse con su verdadero yo mismo y con la pazpara, una vez finalizada la invitación de té, volver transformados a la vida diaria aportando allí la paz y la armonía experimentadas. » Gerhardt Staufenbiel, El camino del té.

Llenos de Espíritu IV

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Estamos llenos del Espíritu de Jesús
Cuando hemos reconocido y aceptado nuestra libertad última, que ninguna fuerza terrena nos puede arrebatar.

Cuando aceptamos con serenidad la caída en las tinieblas de la muerte como el comienzo de una promesa que no entendemos.

Cuando damos como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular, pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar.

Karl Rahner, sj, Experiencia de la Gracia

LLenos de Espíritu II

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Estamos llenos del Espíritu de Jesús

Cuando hemos hecho algún sacrificio sin agradecimiento ni reconocimiento, hasta sin sentir ninguna satisfacción interior.

Cuando hemos estado alguna vez totalmente solos y henos decidido solo por el dictado más íntimo de nuestra conciencia; cuando no le podemos decir ni aclarar a nadie; cuando se está totalmente solo y se sabe que se toma una decisión que nadie le quitará a uno, de la que habrá que responder para siempre y eternamente.

Cuando hemos cumplido un deber alguna vez, cuando aparentemente solo se podía cumplir con el sentimiento abrasador de negarse y aniquilarse a sí mismo, cuando aparentemente solo se podía cumplir haciendo una tontería que nadie le agradece a uno.
Karl Rahner, sj

Sensus fidei, el sentido de la historia

Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios» (Mc 1, 15). Lo que ilumina y da sentido pleno a la historia del mundo y del hombre empieza a brillar en la gruta de Belén; es el Misterio que contemplamos en Navidad: la salvación que se realiza en Jesucristo. En Jesús de Nazaret Dios manifiesta su rostro y pide la decisión del hombre de reconocerle y seguirle. La revelación de Dios en la historia, para entrar en relación de diálogo de amor con el hombre, da un nuevo sentido a todo el camino humano. La historia no es una simple sucesión de siglos, años, días, sino que es el tiempo de una presencia que le da pleno significado y la abre a una sólida esperanza.

Benedicto XVI, catequesis sobre la fe

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