Vivir en Cristo

Pero ¿qué significa «mihi vivere Christus est». Vivir por alguno, y en el caso presente: vivir por Cristo; vivir de Cristo, es hacerle el centro, el foco, el corazón de nuestra vida. Cristo tiene que ser por mucho en nuestra existencia, tiene que ocupar un lugar preeminente en nuestros pensamientos, en nuestros afectos y en nuestros quereres. Cuando no pensamos en El ha de parecernos que nos falta algo. Tenemos que verle en todas partes y en todos los acontecimientos. En medio de los cuidados, intereses, preocupaciones de cada día su repentina venida debiera no desconsolarnos, sino causarnos profunda alegría. ¡Un amigo!

Domingo Lázaro, SM

Reconciliación

Descubrir el Nuevo Testamento supuso para ella un punto de inflexión. “Yo vivía sufriendo. Odiaba mi vida, odiaba a la gente normal, odiaba a quienes me habían hecho daño, las cicatrices… Leer la palabra de Jesús me cambió. No soy una persona religiosa, pero tengo una relación muy íntima con Dios. Rezo mucho. Cuando me duelen las heridas, rezo. Y cuanto más lo hago, más paz encuentro. Me ha ayudado a amar y perdonar”. No se cansa de repetirlo. “Mi misión es ayudar a otros en mi situación a perdonar, a ser más fuertes por fuera y por dentro”.

 

KIm Phuc, la niña vietnamita abrasada con napalm, cuya foto dio la vuelta al mundo, enseña a otras víctimas de la guerra a «perdonar»

Dios toca el corazón

Fragmento de una entrevista al padre Jorge Loring S.J:

–Un hombre como usted, que con 91 años sigue viajando por todo el mundo para dar conferencias y anunciar el Evangelio ¿de dónde saca tiempo para rezar? ¿Qué consejo nos da para rezar y no abandonar nuestra oración, nuestro contacto con Dios, sea en pleno estrés o en vacaciones?

–Es verdad que me muevo mucho. Voy por mi octogésimo salto del atlántico. Pero confío más en Dios que en mi trabajo, como decía san Ignacio. No podemos perder el contacto con Dios, tenemos que pedirle eficacia, porque si no, todo lo que hagamos es “escribir en el aire”. Tengo una frase que no es mía, pero me gusta mucho: «Dios pone casi todo, tú pones casi nada; pero Dios no pone su casi todo si tú no pones tu casi nada». Yo pego voces, pero es Dios quien toca los corazones.

Para leer la entrevista completa pincha aquí.

Vía Diócesis de Málaga

Izquierdas y derechas en la Iglesia. Perder de vista lo importante.

Tenemos también el problema de grupos -de derecha o de izquierda, como se suele decir- que ocupan mucho de nuestro tiempo y de nuestra atención. Aquí nace fácilmente el peligro de perder un poco de vista nuestra tarea principal, que es la de anunciar el Evangelio y exponer en modo concreto la doctrina de la Iglesia. Estamos convencidos de que no existe alternativa a la revelación de Dios en Jesucristo. La Revelación responde a los grandes interrogantes de los hombres de todo tiempo».»

Gerhard L. Müller, prefecto Sagrada Congregación Doctina de la Fe

Dios y el mal

A partir de un momento decisivo para la Humanidad, lo que Karl Jaspers denominó «época axial» (entre los siglos VIII y III antes de nuestra era) algo cambia en nuestro mundo, de una manera tan inexplicable como apareció el lenguaje hace 200.000 años o el arte hace 50.000. La figura aterradora del poder -el Dios, los dioses, la deidad- se concibió como buena. Sin comprender lo que esto supuso para la Humanidad, seremos injustos con las religiones. Apareció, en la figura de Dios, un modelo de perfección, un garante de la justicia, un liberador, una defensa contra el tirano, un protector. Dios era una utopía, y el papel de las utopías no es prometer un mundo mejor, sino afirmar que el presente puede mejorar.

JA Marina