¿Qué sembraste en mi interior?

El árbol entero está contenido en la semilla. Basta con cuidarla de la forma adecuada para que llegue a desarrollarse y mostrarse en todo su esplendor, de lo contrario morirá sin dar fruto.

Lo mismo pasa con muchas otras cosas de la vida, por ejemplo con aquello que llevamos todos dentro desde que nacemos… aquello que sembró en nosotros el que nos dio la vida, aquel que sólo puede amar.

También esa semilla necesita un cuidado especial, no basta con dejarla ahí y esperar.
¿Qué fue de aquella se milla? ¿Qué será de aquella semilla?

Parábola de dos gemelos en el útero materno

El pasado sábado, José Ignacio González Faus, dio en Zaragoza unas charlas sobre él triduo Pascual. Dijo cosas muy interesantes, pero voy a recoger sólo un material que citó para hablar de la vida después de la muerte y cómo afrontamos lo desconocido. Empleó la siguiente parábola que por lo que he podido averiguar, es una historia relatada por Henry J. M. Nouwen. El texto que circula por internet, es la adaptación que hace Wayne W. Dyer de dicha historia en su libro “Tus zonas sagradas” de donde está extraído el texto que pongo a continuación.

Imagine esta escena si es tan amable.
Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.

Espíritu le dice a Ego:
“Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento”.

Ego responde:
“No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.”

Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en silencio durante más tiempo.
“Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre.”

“¡Una madre!” –exclama Ego con una carcajada-. “¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.”

Espíritu deja, resignado, la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco. “Ego” –implora-, “por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto.”

“Ahora sé que estás completamente loco” –replica Ego-, “Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje. Oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estate quieto.”

Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más tiempo. “Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte.”

“Adelante” –responde Ego, impaciente-. “Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo van a llevarnos a una nueva luz celestial sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora.”

“Estás totalmente loco. Ahora sí que estoy convencido.”

La vida que avanza

Llevo semanas contemplando desde la ventana de mi despacho un precioso almendro que ha ido sufriendo el proceso del invierno a la primavera. Ese proceso que muchos también vivimos a lo largo de nuestra vida.
El otoño e invierno deja los árboles secos, sin hojas ni flores, como las etapas en las que uno se siente más vacío, sin encontrar sentido a las cosas que vivimos… pero poco a poco, el brote de las flores empieza a nacer y se va viendo cada día un color más rosado… ese que sentimos cuando volvermos a sonreir, cuando vovelmos a ilusionarnos… es el mismo proceso que vivió Jesús en su muerte y resurrección. Para que el grano de trigo nazca, antes debe morir.

Señor, que sepa acompañarte en el camino de la cruz,
y pueda contigo resucitar del agua nueva.

Lo esencial es lo invisible a los ojos

—Por favor… domestícame —le dijo.
—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y
conocer muchas cosas.
—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen
tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan
amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de
mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de
malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…

(El Principito. Antoine de Saint Exupéry)

Domesticar es querer, es tener paciencia, es amar sin pegas ni condiciones, desde la ternura, la comunicación, el crecimiento diario.Es amar con los ojos bien abiertos. No hace falta día de los enamorados, ni día de la amistad, ni de las parejas… para demostrar el amor a las personas que queremos. El amor se cuida día a día, fuera de los estereotipos, el consumismo y lo comercial. El amor, por suerte, está por encima de todo y es mucho más importante de lo que nos venden en los medios de comunicación;  es más sólido y profundo. Como diría el Principito, es » lo esencial  invisible a los ojos», o nuestro fundador » lo esencial es lo interior». Que sepamos descubrir el AMOR en todo lo que nos rodea. El amor de Dios.

Lo esencial es lo invisible a los ojos. Lo esencial es lo interior. El amor

¿Seguir a Cristo te ha cambiado la vida?

¿De qué me sirve decirle a alguien que estoy cambiando? Si estoy cambiando, entonces ciertamente ya no soy la persona que era y, si soy algo que antes no era, entonces está claro que no tengo conocidos. Y no hay forma de que yo pueda escribir a personas extrañas, que no me conocen.

Cita de Rilke en “El Signo de Jonás” pag 280 de Thomas Merton.

El bautismo, antiguamente, suponía un cambio radical. Para Jesús fue el punto de inflexión que lo lanza al anuncio de la Buena Noticia, dejándose en manos del plan de Dios, con la posibilidad de cambiar en cada instante en función del soplo del Espíritu. Hoy ese cambio hay que hacerlo durante la vida pues al nacer es imposible percibir estas cosas.

Y bien: ¿Seguir a Cristo te ha cambiado la vida, o aun te reconocen a ti en vez de a Él?

Es muy fácil acomodarse en las seguridades, en el pasado, en una reputación. Crear mi avatar, mi personaje en el mundo y vivir desde él, y no cambiar, hacer oídos sordos al Espíritu para no perder a mis conocidos, los que esperan algo concreto de mí, los que saben cómo voy a reaccionar porque es «mi estilo» MI forma de ser. ¿Dónde queda pues la forma de Dios?

[aPt.12] ¿Eres fuerte o débil? – Conócete

Un hermano preguntaba a Abba Matoes:
“¿Qué he de hacer? Mi lengua me causa problemas y cuando me encuentro entre la gente no puedo contenerla. Yo condeno todas sus buenas obras y les llevo la contraria. ¿Qué pues, he de hacer?”

El anciano le contestó:
“Si no puedes controlarte, apártate de la gente y vive solo. Pues ésta es una debilidad. Los que viven juntos con otros no deben ser cuadrados, sino redondos, a fin de volverse hacia todos”.

El anciano le dijo también:
“Yo vivo solo no por mi virtud, sino más bien por mi debilidad. Ya lo ves, los que viven entre la gente son los fuertes”.

«Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno.»

(Marcos 9, 43-47)

[aPt.11] ¿Puedes frenar el viento? – Enfrenta

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Un hermano se llegó a Abba Poemen y le dijo:

“Abba, me asalta una multitud de pensamientos y estoy en peligro”.
El anciano le sacó fuera, al aire, y le dijo:

“Abre tu hábito y agarra el viento”.
Él le contestó:

“No, no puedo”.
Entonces repuso el anciano:

“Si no puedes, tampoco puedes evitar que esos pensamientos entren dentro. Pero has de hacer una cosa: enfrentarte con firmeza a ellos”.

«Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.»

(Mateo 4, 1)

[aPt.10] ¿Necesitas a Dios? – Baja

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El superior de una comunidad preguntó a Abba Poemmen:
“¿Cómo puedo alcanzar el temor de Dios?”
Abba Poemen le contestó:
“¿Cómo podemos alcanzar el temor de Dios teniendo el vientre lleno de queso y de platos de pescado?”

¿Está Dios en tu dieta? – leer «LE5 Al comer… ¿qué hacer?»
¿Con qué sustituyes a Dios? – leer «Dios es mi mejor ansiolítico, JUAN LUIS GUERRA»
¿Estás satisfecho? – leer «¡Adelante! ¡Vende todo!»

«Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.’ Y la sabiduría se ha acreditado por sus obras»

(Mateo 11, 18-19)

[aPt.9] ¿Sabes reñir? – Libérate

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Había dos ancianos que llevaban viviendo muchos años juntos, sin reñir nunca. Uno de ellos dijo: “¿Y si tratamos de reñir una vez como lo hacen los demás?”. Y el otro le contestó: “No sé cómo se hace para reñir”. Entonces el primero le dijo: “Fíjate; yo pongo un ladrillo entre nosotros y digo: este es mío, y tú dices: no, es mío, y después comienza la riña” Así pues, colocaron un ladrillo entre ellos, y uno de ellos dijo: “Este es mío” Y el otro: “No, es mío”. Y replicó aquél: “¡Sí, todo es tuyo, así que llévatelo todo!” y se fueron sin ser capaces de pelear entre sí.

¿La «riña» del mundo te es ya indiferente? – leer «I only ask God – Outlandish»
¿Cuál es tu justicia? – leer «OXO Ojo por Ojo… El mundo se queda ciego
¿Quieres guerra? – leer «Nova bella elegit Dominus»

«¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;»

(Lucas 12, 51)

Buscando el paraíso

Sin tratar de hacer pubicidad a nadie, recientemente he escuchado la nueva canción de Alejandro Sanz, looking for paradise, buscando el paraiso, y al ver el vídeo, me gustaba pensar cómo cada uno tenemos nuestro paraíso particular, por eso el vídeo es especialmente bonito, porque gente de todas las partes del mundo busca su paraíso particular…pero, al fin y al cabo, para todos el paraíso acaba siendo el amor…

El paraíso del amor de madre, de amistad, de pareja, de vocación, de Dios…el amor que, pese a las dificultades de la vida, no se va nunca.

[aPt.8] ¿Eres mejor que un perro? – Ama

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“Decía Abba Jantías:
Un perro es mejor que yo, porque él también ama, pero no hace juicios”

«No juzguéis y no seréis juzgados»

(Lc 6, 37)

[aPt.7] ¿Quién es el mejor? – Actúa

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“Un hermano dijo a un anciano:
– Hay dos hermanos. Uno de ellos permanece en silencio en su celda, ayunando durante seis días seguidos y sometiéndose a una severa disciplina: y el otro sirve a los enfermos. ¿Cuál de ellos es más acepto a Dios?
El anciano le contestó:
– Aun cuando el hermano que ayuna se colgara de la nariz, no igualaría al que atiende a los enfermos”

¿Dios nos medirá por obras o por amor? – leer «Amad a vuestros enemigos»
¿Nos reservamos o escondemos en la oración? – leer «Lo que no se da…»
¿Tú qué elijes? – leer «Amar a Dios amar al prójimo es el objeto de mi misión»

«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada»

(Lc 10, 38-42)