Las palabras calladas

«Entonces me volvía a mi ventana y gozaba abriendo y cerrando los ojos.Cuando los abría, daba gracias al cielo por los colores. Cuando los cerraba, daba gracias a Dios por el silencio.Y así, casi sin darme cuenta, entre las sonrisas de Joaquín y Ana, como un suspiro pasó mi infancia».

..era como si hubiera estado siempre allí dentro, cuando correteaba por el  campo o miraba ponerse al sol como un anuncio de la noche desde la loma y observaba a la gente sentarse en la plaza del mediodía.Desde entonces aprendí una lección que guardaría siempre como mi mejor secreto para toda la vida: basta con mirar y callar parar que alumbre el milagro.»

Las palabras calladas. Diario de María de Nazaret.

Pedro Miguel Lamet.

¡Gracias!

 «Hoy puedo. Me he levantado y sé que puedo.

 Puedo decir que sí y no puedo decir que no.

 Por que estoy contigo.

 No, no valen ya los «podría».

 Sí, es mi opción de decirle que «sí» a la Vida.

 Con sus luces… pero también con sus sombras.

 Puedo.

 Y mientras pueda, todo es posible, por que todo es posibilidad.

 Puedo.

 Y puedo por que tu antes pudiste: ¡GRACIAS!»

                                                                                                                   Vicente Sm.

The last Airbender. Material para trabajar la interioridad de la oración

Es en el corazón donde se ganan todas las guerras

¡Entonces, entrenemos el corazón!. Cultivando nuestro interior, conociendo nuestro mundo interior, podemos darle forma y dirigir todo aquello que sentimos y pensamos, no para refrenarlo, sino para sacar el máximo rendimiento a nuestras capacidades.

Esta es la idea que pretende reflejar la película “The last airbender” o “Airbender: El último guerrero”. Una película a mi juicio bastante floja donde la dirección y sobre todo la interpretación no hacen justicia a los efectos especiales. Sin embargo, puede servir para recoger, del budismo en que está inspirada la película, aspectos referentes a la meditación, interioridad, oración, espiritualidad… comunes en el cristianismo.

Dejo un pequeño guión empleado para hacer los ecos del vídeo en una dinámica.
Descargar guión del vídeo.

«Los hombres no son islas»

«Todo hombre es un pedazo de mí mismo, porque yo soy parte y miembro de la humanidad. Todo cristiano es parte de mi cuerpo, porque somos miembros de Cristo. Lo que hago, para ellos y con ellos y por ellos lo hago también. Lo que hacen, en mí y por mí y para mí lo hacen. Con todo, cada uno de nosotros permanece responsable de su participación en la vida de todo el cuerpo.

La caridad no puede ser lo que se pretende que sea, si yo no comprendo que mi vida representa mi participación en la vida de un organismo totalmente sobrenatural al que pertenezco. Unicamente cuando esta verdad ocupa el primer sitio, encajan las otras doctrinas en su contexto adecuado.

La soledad, la humildad, la negación a uno mismo, la acción y la contemplación, los sacramentos, la vida monástica, la familia, la guerra y la paz: Nada de esto tiene sentido sino en relación con la realidad central que es el amor de Dios viviendo y actuando en aquellos a quienes Él ha incorporado en Su Cristo. Nada, absolutamente nada tiene sentido, si no admitimos, con John Donne, que “los hombres no son islas, independientes entre sí; todo hombre es un pedazo del continente, una parte del todo“.

Thomas Merton (extracto de “Los hombres no son islas”)


Amor de verdad… ó verdad de Amor.

«Por que el Amor cuando no muere mata y los amores que matan nunca mueren».

                   Jo, lo de Sabina es de genio. Pero fijate por dónde, que a mi este tipo de Amor, me recuerda al de Aquel que es «sentido» y «da sentido» a mi existencia. Sí, Aquel que murió por Amor y cuyo Amor aun no ha muerto: «por que el Amor cuando no muere mata y los amores que matan nunca mueren».

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Perdonar

¿Por qué será tan difícil perdonar?

Es una de las preguntas que me resuenan por dentro muchas veces. Solemos decir, perdono pero no olvido. ¿Acaso eso es perdonar? ¿Por qué nos cuesta tanto a los seres humanos, perdonar aquello que nos han hecho y a ese alguien que nos lo ha causado? ¿Es que acaso  ganamos más por ello?

Si el mismo Jesús perdonó a los que le crucificaron…¿cómo no podemos nosotros? Es una de esas preguntas que en momentos de calma y soledad, me vienen a la cabeza.

¿Pregunta sin respuesta?… Más bien diría yo, pregunta que no queremos responder.

Dios de paz, por tu Espíritu Santo
nos concedes atravesar lo desiertos del corazón
y, por tu perdón, disipas nuestras faltas
como la niebla al amanecer.

Hermano Roger de Taizé

El activismo refuerza el egoísmo

Hay quien no consigue descansar en vacaciones. Se siente inquieto y está deseando volver a la rutina del trabajo.

El activismo refuerza el egoísmo en vez de desarraigarlo, porque muy a menudo va inspirado por la búsqueda de sí. Dejarse acaparar por su trabajo, porque agrada o porque se acierta en él, es exponerse a descuidar deberes más importantes y en particular la oración. Incluso se puede perder su libertad al dejarse poseer por su trabajo

Paul Joseph Hoffer, sm VIII Superior General de la Compañía de María

De cara al fin de las vacaciones, puede ser bueno proponerse trabajar pero sin desconectar del mundo.

Un triunfo mayor

En pleno debate de la aprobación o no de la Ley del aborto, aparece, gracias a la victoria española del Mundial de Fútbol, en todos los medios de comunicación, la imagen de un chico joven con síndrome de down, feliz, y que casualmente, es hijo del seleccionador de fútbol español, Vicente del Bosque.

La imagen de este chico, Álvaro, feliz, abrazado a su padre, nos demuestra una vez más, que el amor es posible sea cada uno como sea, y que la vida es vida a pesar de sus limitaciones o sus discapacidades.
Sería maravilloso que, la imagen de este joven de 21 años, haya podido cuestionar a muchos que piensan que no merece la pena la vida de una persona con síndrome down o cualquier otra discapacidad física o intelectual.

Me llegó una carta del escritor Pedro Miguel Lamet, y me gustaba compartirla con vosotros.

EL HIJO DOWN DE DEL BOSQUE

A ese otro lado del fútbol, del que hablábamos ayer, pertenece también la historia de Álvaro, el hijo del entrenador Vicente del Bosque con síndrome de Down. Acostumbrados como estamos a medir todo por goles, fichajes o ligues de los futbolistas, olvidamos el trasfondo de sacrificio, lágrimas y alegrías, pequeñas o grandes peripecias personales que siempre hay detrás de toda fachada.

Me ha impresionado mucho el abrazo de Álvaro a su padre después del triunfo de la selección española. Y he querido saber. Reproduzco algunos párrafos de El País sobre Álvaro y su padre:

De los tres hijos de Del Bosque, hay uno, Álvaro, el mediano, que le cambió la vida. Nació el 6 de agosto de 1989 y Del Bosque, por aquel entonces, era entrenador del Castilla. Pocos días después, unas pruebas confirmaron que Alvarito había nacido con un síndrome de Down. “Al principio lloramos mucho”, confesó en una charla con Gemma Herrero publicada en el libro 39 historias solidarias alrededor del deporte. “Ahora cuando miro atrás pienso: ‘¡Qué gilipollas fuimos!”.

Para Del Bosque y sus amigos, no hay duda: Álvaro es un regalo que les concedió la vida. Ayer, en La Moncloa, Alvarito se enfundó una camiseta azul con el número 6 de Del Bosque. La cambió poco después por una roja con el 12 y antes de entrar al palacio se fundió en un abrazo muy emotivo con su padre, el seleccionador. Más tarde se le vio bromear con Xavi subido al autocar de los campeones. “Mi hijo es feliz y contagia felicidad. Es pícaro, pero no sabe qué es la maldad”, explica orgulloso. Del Bosque, convencido de que las cosas no suceden por casualidad, recuerda que cuando era jugador del Madrid, cada mañana les visitaba en el vestuario de la vieja ciudad deportiva un niño con idéntico trastorno que su hijo: “No recuerdo el nombre, solo que era muy divertido y le cogimos mucho cariño. A mí siempre me tocaba el bigote”.

Dicen que Álvaro es un muchacho encantador, pero eso no quita que sea muy crítico. Cuando Del Bosque era entrenador del Madrid, le recriminó agriamente que dejara a Casillas en el banquillo –“¡Joder, Alvarito, solo me faltabas tú!”, le contestó el padre- y antes de que cerrara la lista definitiva para el Mundial no hubo día que no insistiera en que no se olvidara de Güiza. “Se enfadó mucho cuando supo que el jerezano no jugaría el Mundial”, explican en el entorno de Del Bosque. Durante su estancia en Sudáfrica -el hijo pequeño acudió con toda la familia durante diez días, a presenciar dos partidos de la primera fase y la final- se convirtió en defensor a ultranza de Llorente y Javi Martínez. La explicación no es muy futbolera: se fue de safari con los familiares de los jugadores del Athletic y les cogió cariño.

Algo había yo adivinado en la mirada de este entrenador sobrio y sereno, y no sólo la contención castellana del salmantino. Sin duda era la aceptación y el crecimiento interior que es aceptar un hijo así.

Un triunfo mayor que todas las copas del mundo.

El credo de Israel

Pocos son los que en algún momento de sus vidas han leído la Biblia enteramente. Es por ello que uno se admira al descubrir algunos textos tan maravillosos como los del libro del Deuteronomio.

Hace algún tiempo descubrí un texto que me caló y me gustó especialmente. El Antiguo Testamento parece en ocasiones que se nos hace lejano, sin embargo, en él podemos encontrar y comprobar, que en todo momento de la historia el Señor se hace presente. Cuando más perdidos creemos estar, de alguna forma u otra, Él aparece.

Él texto que os dejo a continuación es del libro del Deuteronomio.Se piensa que es el primer credo del pueblo de Israel, y en él, no se nos ofrece una doctrina o teorías sobre Dios, pero sí afirma la presencia salvadora de Dios en todos los acontecimientos de la historia.

Dijo Moisés al pueblo: -El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tu dirás ante el Señor tu Dios: «Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas. Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa. Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres; y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.

El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos. Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo, que Tú, Señor, me has dado«. Lo pondrás ante el Señor tu Dios y te postrarás en presencia del Señor tu Dios.

Dt 24, 4-10

¿Lo «nuevo» es una amenaza o una oportunidad?

En realidad, tras los acontecimientos de la historia se esconde frecuentemente la llamada de Dios a trabajar según sus planes, con una inserción activa y fecunda en los acontecimientos de nuestro tiempo. (Concilio Vaticano II. Lumen Gentium)

Es necesario, pues, estar abiertos a la voz del Espíritu que invita a acoger en lo más hondo los designios de la providencia. Él llama a la vida consagrada para que elabore nuevas respuestas a los nuevos problemas del mundo de hoy.

Nova bella elegit Dominus (Jueces 5,8 según la Vulgata) El Señor ha elegido nuevas formas de combatir, dirá Guillermo José Chaminade en una de sus meditaciones a mediados del siglo XIX

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