Es verdad.

Es verdad que lloro,

y es verdad que río,

pero son verdad…

porque tú las haces verdad conmigo.

Son verdad las nubes, las montañas,

el sol, la luna, el mar, los animales y el río.

Es verdad el sentir,

y es verdad también el inteligir.

Es verdad el dinero y con él, es verdad la vanidad.

Es verdad la guerra y es verdad la Paz.

Es verdad la Luz,

y también lo es en la oscuridad.

Es verdad la ciencia, pero también la conciencia.

Es verdad el labrador, la funcionaria, el doctor,

la prostituta, el empresario, el rico, el pobre,

 y es también verdad el opresor.

Verdad el gozo y verdad el dolor.

Pero todo es verdad,

por que la Verdad eres tú: AMOR.

Allí (en la cala).

Allí dónde la roca y el mar se besan…

… allí justo allí dónde dos ya son uno…

yo, empecé amar.

¡Oh Amor qué grandioso eres !

¡Oh Amor qué mal nos lo haces pasar!

No me importa esperarte solo…

por que solos… tú, el Sol… y el Mar…

allí, y todos juntos, nos volveremos a encontrar.

Benditas todas las ciencias mi Señor

Bendita medicina… que nos alivia del dolor…

Bendita… la arquitectura, que también le pone la casa a nuestro corazón.

Bendita la física… y la química, pues la Naturaleza y con ellas, se nos muestra con aun más rigor

Benditas la sociología, la psicología… y la antropología, en todas ellas, el Hombre y la Mujer encuentran su razón, su por qué, el sí de su ser… la ilusión del vivir, del compartir, del reír y del llorar… del sentir y el convivir.

Y es que… ¡Benditas todas las ciencias mi Señor! Pues en ellas, nosotros… y contigo, alcanzamos tú/nuestro esplendor.

Elvira Roda.

Elvira, antigua alumna del Colegio del Pilar de Valencia (Marianistas) está pasando por una situación grave. Y es ahora cuando un cristiano… y verdaderamente se la juega. Nosotros hacemos un muy buen uso de la oración, una oración que sinceramente creo que vale pero… también, y para estos casos, necesitamos pasar a la acción. No nos podemos quedar quietos. Desde luego a ella, y por la carta que nos mandó a sus allegados hace ahora una semana, fe no le falta. Su testimonio de vida… y de verdad, que no tiene desperdicio. Y si no leer su carta (está en un JPG al final de la entrada). A uno se le pone la carne de gallina. Todo vale para poder ayudarla. Pero ahora lo que más le urge, es el dichoso dinero. Y es que una «enfermedad rara», un «solo te pasa a tí»… le sirve como escusa a un Gobierno Autonómico, Estatal, a una Nación, ó a un País entero… para decirte que «no», que «no te puede ayudar». Si Jesús… levantase la cabeza. ¡Una vida es una vida! Y lo demás son cuentos. Menos mal que Elvira tiene por amigos, a gente muy buena… y que además es creativa. Y si no leer la iniciativa que se han propuesto realizar para poder ayudarla:

Somos amigos de Elvira. Ante su situación desesperada, nos vemos obligados a invertanos una idea que pueda por lo menos sacarla del agujero en el que está metida. Se nos ocurre lo siguiente. Si somos capaces de ir a una boda y regalar a los novios algo de dinero para emprender una nueva vida, ¿por qué no hacemos lo mismo por Elvira?

Te invitamos a la boda de elvira, se casa esta semana en la intimidad, pero quiere que todos participemos de su nueva vida, de esta nueva oportunidad para ser feliz. Esta es una boda sin fiesta, al menos por ahora. Con solo ingresar 50€ en este número de cuenta, le vamos a hacer un regalo que nunca olvidará.

0182 9553 34 0201532883 (puedes comprobarlo en su blog, elviraroda.org),

ÚNETE AL GRUPO DE FACEBOOK, «YO TAMBIÉN LE HICE UN REGALO A ELVIRA», Y PARTICIPA EN ESTA INICIATIVA.

PD: CUÁNTOS MÁS INVITADOS MEJOR. INVITA A QUIEN CONSIDERES

 

Si quieres conocer más acerca de la enfermedad de Elvira, te puedes acercar a leer su historia en su blog personal: www.elviraroda.org.

GRACIAS de ante mano a todos por colaborar. 

 

Haz click sobre la foto de la carta de Elvira y te aparacerá en grande para que la puedas leer.
Haz click sobre la foto de la carta de Elvira y te aparacerá en grande para que la puedas leer.

En la aurora…

Y es que no hay más bella teofanía

que ver Tu amanecer cada día.

¡Oh Hombre que pides grandes signos!

¡Oh Mujer que no ves ni tus pies!

Teofanía eres tú… Mujer, Hombre y Niño…

ese árbol y el río.

… Y me río… Padre… me río… contigo.»

                                                                                                                           Vicente Sm.

¡Gracias!

 «Hoy puedo. Me he levantado y sé que puedo.

 Puedo decir que sí y no puedo decir que no.

 Por que estoy contigo.

 No, no valen ya los «podría».

 Sí, es mi opción de decirle que «sí» a la Vida.

 Con sus luces… pero también con sus sombras.

 Puedo.

 Y mientras pueda, todo es posible, por que todo es posibilidad.

 Puedo.

 Y puedo por que tu antes pudiste: ¡GRACIAS!»

                                                                                                                   Vicente Sm.

«Los hombres no son islas»

«Todo hombre es un pedazo de mí mismo, porque yo soy parte y miembro de la humanidad. Todo cristiano es parte de mi cuerpo, porque somos miembros de Cristo. Lo que hago, para ellos y con ellos y por ellos lo hago también. Lo que hacen, en mí y por mí y para mí lo hacen. Con todo, cada uno de nosotros permanece responsable de su participación en la vida de todo el cuerpo.

La caridad no puede ser lo que se pretende que sea, si yo no comprendo que mi vida representa mi participación en la vida de un organismo totalmente sobrenatural al que pertenezco. Unicamente cuando esta verdad ocupa el primer sitio, encajan las otras doctrinas en su contexto adecuado.

La soledad, la humildad, la negación a uno mismo, la acción y la contemplación, los sacramentos, la vida monástica, la familia, la guerra y la paz: Nada de esto tiene sentido sino en relación con la realidad central que es el amor de Dios viviendo y actuando en aquellos a quienes Él ha incorporado en Su Cristo. Nada, absolutamente nada tiene sentido, si no admitimos, con John Donne, que “los hombres no son islas, independientes entre sí; todo hombre es un pedazo del continente, una parte del todo“.

Thomas Merton (extracto de “Los hombres no son islas”)


Lo demás lo hace Dios

Tú no fuerzas una flor a que abra,
la flor la abre Dios,
tú la plantas, la riegas, la resguardas,
lo demás lo hace Dios.

Tú no obligas a un amigo a que te ame,
el amor lo da Dios,
tú le sirves, le ayudas, en ti la amistad arde,
lo demás lo hace Dios.

Tú no obligas a un alma a que crea,
la fe la da Dios,
tú obras, trabajas, confías y esperas,
lo demás lo hace Dios.

Así que no trates de adelantarte a su plan de amor.
Trabaja, ayuda, vive para amarle,
lo demás lo hará Dios.

Dios mío, perdóname

Querido Señor, tu discípulo Pedro quiso saber quién te traicionaría. Señalaste a Judas, pero un poco más tarde le señalaste a él. Judas te traicionó, Pedro te negó. Judas se ahorcó, Pedro se convirtió en el apóstol al cual hiciste primero de todos. Señor, dame fe, fe en tu misericordia infinita, en tu perdón sin límites, en tu bondad insondable. No permitas que me tiente el pensamiento de que mis pecados son demasiado grandes para ser perdonados, demasiado abominables como para que los toque tu misericordia. No permitas que huya de ti. Concédeme volver a ti una y otra vez y pedirte que seas mi Señor, mi pastor, mi fortaleza y mi refugio. Acógeme bajo tu protección, Señor, y permíteme experimentar que no me rechazarás mientras te siga pidiendo tu perdón. Quizá mis dudas a cerca de tu perdón son un pecado mayor que los pecados que considero demasiado grandes para ser perdonados. Quizá me considero demasiado importante, demasiado grande, cuando pienso que ya no puedo ser abrazado por ti. Señor, mírame, acepta mi oración como aceptaste la oración de Pedro, y no permitas que huya de ti en la noche, como hizo Judas.

Del libro “Oraciones desde la abadía. Una súplica de misericordia” de Henri J. M. Nouwen

Envío de agentes de pastoral

» Como Guillermo José Chaminade, he oído, Señor, tu llamada a trabajar para reavivar o volver a encender la llama de la fe en todas partes. Hoy te respondo con generosidad confiando, no en mis fuerzas, sino en la luz del Espíritu y en la acción de María en mi vida. Amén»

El credo de Israel

Pocos son los que en algún momento de sus vidas han leído la Biblia enteramente. Es por ello que uno se admira al descubrir algunos textos tan maravillosos como los del libro del Deuteronomio.

Hace algún tiempo descubrí un texto que me caló y me gustó especialmente. El Antiguo Testamento parece en ocasiones que se nos hace lejano, sin embargo, en él podemos encontrar y comprobar, que en todo momento de la historia el Señor se hace presente. Cuando más perdidos creemos estar, de alguna forma u otra, Él aparece.

Él texto que os dejo a continuación es del libro del Deuteronomio.Se piensa que es el primer credo del pueblo de Israel, y en él, no se nos ofrece una doctrina o teorías sobre Dios, pero sí afirma la presencia salvadora de Dios en todos los acontecimientos de la historia.

Dijo Moisés al pueblo: -El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tu dirás ante el Señor tu Dios: «Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas. Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa. Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres; y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.

El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos. Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo, que Tú, Señor, me has dado«. Lo pondrás ante el Señor tu Dios y te postrarás en presencia del Señor tu Dios.

Dt 24, 4-10